¡Conoce los nueve placebos financieros o falsas soluciones a tus problemas financieros y dale una solución real a los mismos!
La operación “adelgazar” es algo que nunca pasa de moda y que siempre tendrá un pretexto para hacerlo: Antes de las vacaciones, después de las vacaciones, antes de casarte para lucir divina o después de las comilonas de navidad.
Adelgazar es una obsesión para muchos y para esa obsesión, existe una amplia gama de productos, tratamientos, dietas y por supuesto, una amplia gama de pastillas milagrosas que se venden por internet para bajar de peso.
El asunto es que muchas (si no todas) de estas pastillas son un completo engaño, pues en realidad no tienen componentes activos ni mucho menos estudios clínicos, sino que están hechas de componentes inertes como agua o azúcar o en el peor de los casos, sustancias nocivas para la salud.
Esto es a lo que le podríamos llamar un placebo, una sustancia completamente inerte que no tiene ningún efecto en el organismo diferente al de las expectativas o la sugestión que genera en quien lo toma, creyendo que esta consumiendo una medicina real. En estos casos de engaño, al final la persona sigue con su problema de sobrepeso y se dará cuenta que botó su dinero a la basura.
Bueno, pues como en el maravilloso mundo de la nutrición y la dietética la gente con frecuencia es engañada con placebos, en la vida y en las finanzas personales también existen éstos, si, como esas falsas soluciones que nos pueden hacer sentir bien temporalmente pero que al final, no sólo no solucionan nuestros problemas financieros sino que en muchos casos terminan agravándolos. ¿Te gustaría conocer cuáles son para no tragártelos? Empecemos.
Salir de compras para curar la «Tusa»
Bueno, pues el primero de los placebos financieros es salir de compras para curarnos esa tusa amorosa, llenar vacíos de identidad, lidiar con sentimientos de ansiedad o de falta de aceptación o simplemente escapar de los problemas del día a día.
Comprar impulsivamente (al igual que un placebo) genera una emoción de felicidad y hasta de euforía temporal, al adquirir ese bolso nuevo, ese vestido que te hará ver más esbelta o ese gadget que tus amigos envidiarán.
No tenemos que ser psicólogos para saber que comprar, dejándonos llevar por nuestras emociones, no solucionará de raíz nuestros problemas personales y si deteriorará nuestras finanzas personales, llevándonos al consumismo y de ahí derechito, a las deudas.
Lo que tenemos que hacer es tomar el toro por los cuernos y solucionar directamente cada problema, acudiendo a un profesional, recibiendo guía espiritual, hablando con esa persona con quien tenemos un conflicto o trabajando conscientemente en nuestro carácter, en lugar de tomarnos un placebo financiero para escapar de la realidad. Eso no soluciona nuestros problemas. Los agrava.
La promesa de las riquezas fáciles y el mistisísmo
Bien. El segundo de los placebos financieros absolutamente tentador y es el de las riquezas fáciles y el mistisismo.
Como seres humanos tendemos siempre a irnos por el camino del menor esfuerzo y eso lo capitaliza muchos falsos gurús y estafadores, que aprovechan tu necesidad y estimulan en ti la codicia para hacerte caer.
¿De que estamos hablando?
En primer lugar, hablo de todos los cursos, libros, videos y todo tipo de material que te ofrece ser rico sin mucho esfuerzo.
En segundo lugar hablo de todo tipo de negocios engañosos de los que ya hemos hablado, como las pirámides, los clubes de bitcoins, las criptomonedas, invertir en negocios que te ofrecen rentabilidades fantásticas, La flor de la abundancia y en general todo tipo de estafas.
Y en tercer lugar hablo de todo tipo de disciplinas místicas como la práctica de supersticiones, la astrología, los mantras, la cienciología, la actitud mental positiva, el manejo de energías, riegos, conjuros y muchas otras cosas que te prometen prosperidad y felicidad.
Se que puedo estar sonando como disco rayado pero lo hago por una sencilla razón: la gente sigue tragándose dichos placebos financieros, siendo manipulados en sus emociones o llevándolos a imaginarse trabajando con una computadora en la playa tomando una caipiriña y haciendo mucho pero mucho dinero.
Las personas que ofrecen todo este tipo de literatura, prácticas místicas y negocios engañosos lo único que hacen es estimular tus emociones y expectativas al igual que lo hace una píldora engañosa para bajar de peso, encontrando que al final, lo único que te quedó fue un momento de emoción y tus bolsillos vacíos. En este caso, soñar si cuesta dinero, ¿no?
Hacer una compra de consumo a crédito
En tercer lugar, uno de los placebos financieros que más personas se tragan es comprar a crédito. ¿Por qué?
Es cierto que cuando usas el crédito obtienes una recompensa inmediata, pues adquieres el bien objeto de la compra, pero los efectos del placebo empiezan a pasar rápidamente cuando empiezas a pagar las interminables cuotas, con sus respectivos intereses.
Como te lo he contado en numerosos post de este blog, antes de tener educación financiera yo llevaba unas finanzas desordenadas, viviendo de mis tarjetas de crédito.
Con mis tarjetas me pague viajes, ropa, buenos restaurantes y una buena apariencia, con las que pude experimentar una felicidad temporal, que llegó a su fin cuando casi todo lo que ganaba se iba para pagar las cuotas de mis plásticos.
¿Y sabes qué? En ese momento me di cuenta que comprar a crédito me proporcionaba la falsa ilusión de que las cosas que adquiría eran mías, cuando en realidad el verdadero dueño de todo lo que compraba era el banco y que tenía que pagarles hasta el último centavo para realmente poseerlas… ¿ no te parece una tontería? Hoy en día a mi sí.
Lo mejor es comprar de contado, pues cuando lo haces, las cosas si son verdaderamente tuyas y además, no tienes que pagarle intereses a nadie.
En definitiva, comprar a crédito es uno de los peores placebos financieros, pues te hace creer que las cosas que adquieres son tuyas, cuando en realidad son del banco, sumado al deterioro de tus finanzas personales por efecto del pago de intereses. Te invito a que no te sigas tomando este placebo, pues son los que más indigestión financiera te provocan.
El “inigualable” olor de un carro nuevo
Perfecto. En línea con el anterior, encontramos uno de los placebos financieros que más nos pueden sugestionar, haciéndonos creer que estamos progresando financieramente, cuando en realidad, estamos retrocediendo. Bueno, bueno, ¿pues cual es este placebo? Bien, pues es, atención, el inigualable olor de un carro nuevo comprado a crédito.
¡Wooow! No hay cosa más deliciosa que conducir un carro nuevo, ese olor y esa sensación de catapultamiento social que se adquiere cuando entre comillas se “posee” uno, Es inigualable.
Como te lo he contado en varios episodios de mi podcast, mi primer carro fue un flamante Peugeot 206 último modelo, por supuesto comprado a crédito, cuyo olor me hizo olvidar repentinamente lo que me había costado y todo lo que tendría que pagar por él.
Recuerdo que un día don Ramón, nuestro simpático vecino de al lado se acercó un día para decirme “Fernando, me alegra ver cómo ha progresado. Lo felicito por su carro nuevo”
Al escuchar eso, mi ya agrandado ego creció aún más, saqué pecho y pensé “Huyy de verdad, como estoy progresando”
¡pues mentiraaaa! La verdad es que me había tragado el placebo de los símbolos de prosperidad, como lo es un tener carro nuevo, cuando en realidad no estaba progresando financieramente.
Bueno, la verdad es que el carro me lucía muy bien, pero lo único que había hecho era tomar un crédito para adquirir un bien que se depreciaba rápidamente y que al final, no era verdaderamente mío, sino del banco.
Igual, si en tu caso, insistes y quieres darte el lujo de comprarte un carro nuevo, adelante, pero hazlo de contado, con el dinero que ya tienes, nunca a crédito.
Sin embargo, aún sigo pensando que comprar carro nuevo es una mala inversión por efecto de la rápida desvalorización de este tipo de vehículos, por lo que te recomendaría mejor comprar carro usado de modelo reciente y con bajo kilometraje.
Conclusión: no te tragues el placebo del olor a carro nuevo y menos comprándolo a crédito, que lo único que hace es subirte el ego y hacerte pensar que ya la lograste en tus finanzas personales, cuando en realidad estas retrocediendo financieramente.
Rediferir las cuotas en las tarjetas y los préstamos
Muy bien. Continuemos con el quinto de los placebos financieros que consiste en cuando, no satisfechos con haberte endeudado, los bancos te ofrecen rediferir o alargar el plazo de tus obligaciones, para supuestamente ayudarte disminuyendo la cuota mensual que debes pagar.
Claro, cuando te disminuyen el valor de tu cuota mensual sientes un alivio, pero a la larga terminas pagando muchos más intereses que al principio, por efecto de la ampliación del plazo. Si los bancos pudieran cobrarte una deuda de por vida, lo harían. ¿Qué mejor negocio que tener un cliente que les pague fielmente intereses por años?
Mira: No hay negocio más tonto para salir de deudas que rediferir el plazo de tus obligaciones. El único beneficiado con semejante negocio, es el banco, cuyo negocio es vender deuda y generar utilidades. No les creas cuando te digan que hacen esto por tu bien.
Rediferir tus deudas es un placebo financiero, porque te hace creer que estás solucionando un problema, cuando en realidad estás atándote a las deudas por mas tiempo. No te tragues esa píldora.
Tapar un hueco destapando otro
El sexto de los placebos financieros que tristemente es muy frecuente, es tener el hábito de tapar un hueco con otro.
¿A que me refiero? a cuando acostumbramos pagar una deuda endeudándonos con otra: como pagar las tarjetas de crédito con un préstamo, haciendo compras de cartera entre bancos, cuando le pides prestado a un amigo o a un familiar para sanear tu deudas o en el peor de los casos pedirle prestado a un usurero o agiotista para pagar otras deudas.
Cuando tapas un hueco destapando otro, en el momento sientes un alivio temporal, pues te has quitado un acreedor de encima, pero el efecto te dura muy poco hasta que el nuevo acreedor empieza a cobrarte sin misericordia.
Para pagar tus deudas no necesitas otras deudas: necesitas orden en tus finanzas, empezar a pagar y en especial, cerrarle la puerta en forma definitiva al crédito.
Tapar un hueco destapando otro es un placebo financiero, porque te hace sentir que solucionas un problema, cuando en realidad lo estás agravando.
No darle la cara a tus acreedores
Bien. El séptimo de los placebos financieros es hacer la fácil y consiste en actuar como el avestruz, metiendo la cabeza en la tierra no dándole la cara a tus acreedores.
Puedes dejar de contestar el teléfono, no ir a la reunión familiar, ignorar a quien te cobra o hasta cambiarte de domicilio, pero la verdad es que sólo escapas en tu mente, pero tu cuerpo sigue afuera, como el avestruz, con consecuencias nefastas para ti y para quien te rodea.
Mira, no es correcto deber y no dar la cara. Es lo peor que puedes hacer porque al final ignorar el problema puede llevarte al embargo de tus bienes y peor aún, el deterioro de tu reputación y un mal ejemplo para tus hijos.
¿Qué es lo mejor? Aceptar la realidad y darle la cara a tus acreedores, asumiendo la responsabilidad por tus actos, pues finalmente nadie te puso una pistola cuando decidiste endeudarte.
Cuando das la cara, estás empezando a solucionar el problema. Conozco varias personas que tuvieron acreencias enormes, pero que al dar la cara, pudieron llegar a acuerdos de pago, hasta con millonarios descuentos.
Hacer como el avestruz es un descarado e irresponsable placebo financiero, pues al único que engañas, es a ti mismo.
Aferrarse a las cosas materiales
El octavo de los placebos financieros es cuando nos aferramos a las cosas materiales, cuando creemos que conservarlas es sinónimo de prosperidad y estatus.
Te cuento que alguna vez conocí a una mujer muy exitosa en lo que hacía, pero que estaba re endeudada, al punto que casí todo lo que ganaba se iba a pagar las deudas con su banco.
Resulta que ella tenía un flamante Renault Clio en el parqueadero de su casa, que relucía de nuevo, pues lo usaba ocasionalmente los fines de semana.
Cuando me contó que el dinero ya no le alcanzaba le dije: ¿Y porqué no vendes ese carro para pagar esas mugres deudas?
¿Pues que crees? No lo hizo, porque sentía que si lo hacía iba a retroceder financieramente y que además, iba a decepcionar a sus padres.
Aferrarse a las cosas materiales es un placebo financiero porque nos pueden dar una falsa sensación de prosperidad y de estatus, cuando en realidad son una fachada, en especial cuando tenemos problemas financieros.
Llenarse de conocimiento y no aplicar nada
Y finalmente, atención, el noveno de los placebos financieros viene cuando nos llenamos de conocimiento, financiero y no hacemos nada.
De nada vale leer un buen libro de finanzas personales o un blog como este, hacer un buen curso de cómo manejar tu dinero o escuchar un podcast de finanzas personales, si no llevas a la práctica lo aprendido.
El problema de mucha gente es que disfrutan el aprender, pero nunca pasan del conocimiento a la práctica.
En muchos de los talleres y asesorías que he tenido la oportunidad de dar, la gente sale emocionada, créeme, resuelta a poner en práctica lo aprendido, pero con el tiempo, me doy cuenta que a la larga muchos no terminan haciendo nada o haciendo lo que les dio la gana.
¿Conclusión? Estas personas terminaron pasando un rato agradable, lo cual me alegra mucho, pero al final en su vida no terminó pasando nada, en otras palabras, todo ese conocimiento termino convirtiéndose en un placebo financiero.
¿Cómo evitar que aprender cosas valiosas se vuelva un placebo financiero? Simple, poniéndolas en práctica, la extraordinaria pero sencilla formula del éxito en las finanzas personales y en la vida.
Para concluir.
Estos fueron los nueve placebos financieros. Bueno, pero para terminar este episodio, quisiera citar la famosa frase de Jesús que se registra en las escrituras que dice: “Y conocerán la verdad y la verdad los hará libres”
Y es verdad. cuando conocemos la verdad en nuestras relaciones, la verdad en nuestra vida diaria y la verdad en nuestras finanzas personales, es que somos verdaderamente libres, porque nos hacemos conscientes cuando alguien o algo quiere engañarnos y no caemos en la trampa, haciéndonos llevar una vida real y evitándonos, créeme un montón de dolores de cabeza.
Ahora que eres consciente de todo esto, ¿aún te tomarías una píldora para adelgazar?
En Skandia queremos empoderarte para que construyas la mejor versión de tu futuro financiero. Si te interesa una asesoría sin costo, da clic en el siguiente botón: